"Leer en estos tiempos un texto que busca una interiorización de nuestro andar por esta Tierra (Pachamama), nuestro VIVIR, es casi imprescindible, es una respuesta al materialismo que nos está llevando como habitantes del planeta a oscuros finales. Poseer tantos bienes más que suficientes para ser feliz racionalmente, no ha podido satisfacer el ansiado deseo paradigmático de nuestros primeros años como seres humanos: vivir para ser felices. Por el contrario, con el correr de los tiempos nos encontramos en el limbo del desconcierto y la desazón. Este texto de Jorge Mackenzie invita a encontrar otra vía, a partir de un encuentro, reconocer en lo más profundo de nuestro ser ese algo que es parte de uno desde tiempos donde la razón y la mente no pueden precisar. En nuestro vivir, consciente o inconscientemente, nos encontramos en la búsqueda permanente de un sentido vital bajo parámetros aprendidos en la sociedad occidental, donde el fin es el ser humano, un individuo que olvida que hay algo mayor que es el universo y su proximidad más cercana es esta Madre Tierra, con la que tenemos un vínculo eterno permanente físico y, sobre todo, espiritual. Esto último no, hay manera de entenderlo, si no nos adentramos en ese ser espiritual aún no atendido u olvidado. Pero los restos arqueológicos de las culturas primigenias dan fe de que estas sí lo consideraban, para ello era fundamental el conocimiento del entorno, saber lo que está escrito en el cielo y saber que lo mismo se replica en nuestro ser interno.

A veces sabemos más de lo que ocurre en la luna y no pensamos que eso mismo está en nuestro ser interno. Lo que actualmente conocemos como Quantum o teoría cuántica, ya los mayores lo manejaban, aún en nuestras comunidades hay evidencias de curar el alma sin tocar el cuerpo.

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El relato de Jorge Mackenzie, muestra la posibilidad de encontrar de forma inexplicable la “llama gemela”, un concepto poco investigado en nuestro contexto. Gracias al desarrollo de su atención y capacidad de observación, el de Helena y Jorge es una evocación del encuentro entre los míticos Adán y Eva bíblico o Manco Capac y Mama Occlo (fundacionales dela cultura Inca), y expresa que la dualidad existe y de ella venimos. Hay signos de permanencia en nuestras relaciones por un tiempo indeterminado, sentimientos fundamentales, memoria eterna y cíclica que en forma de espiral trasciende las generaciones.

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Estos sucesos pueden acontecer en un año o más, como sucedió en una década entre Helena y Jorge. Pero lo fundamental es que estar atentos a nuestro ser interior para comprender y luego entregarse a ello, en este caso a saber que ese ser es parte de uno y asumir la impecabilidad de amar, a ese otro yo. Entender que el amar no tiene precio ni medida ni condición. La impecabilidad, como lo dicen de muchas formas las culturas ancestrales, es la medicina del que ama sin esperar nada: cura, alivia y conecta con los otros nuevos tiempos que vendrán sin tener claro ni cómo ni cuándo. Solo confiar, sin apego a resultados, permitirá un alivio, no solo al ser, que entrega, sino también a esta Pachamama depositaria de nuestra relación actual y permanente.

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Les invito, a partir de esta lectura, a entregarnos en la búsqueda de nuestra relación interna, ser conscientes de nuestro andar en la integridad humana, cósmica y hacer ejercicio de la impecabilidad, que permitirá desarrollarnos como verdaderos seres humanos sin apego a nada, en la confianza de hacer lo mejor sin medir por resultados, solo entregar lo mejor de lo que uno es capaz de SER, buscando el equilibrio, de no causarse daño uno mismo, esperando respuestas a lo que nuestra razón busca.

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Agradecido con el Gran Misterio por poder poner unas letras de mi entender, al caminar en el seno de Torre Jirka, Sorocota, Cuenca y Guatavita, y sentir en mis pies el camino de nuestros abuelos.
Por todas nuestras relaciones."

Arii, Arii, Arii.
Gustavo Gora Oscátegui.
Chacaruna.
(Marzo 2020).